viernes, 10 de enero de 2014

Ultima entrevista de Monica Spear que le hizo diario Panorama.

En julio de 2013, la actriz ofreció a PANORAMA esta entrevista que a continuación reproducimos:
Dentro de la pantalla vive un amor imposible, una relación tormentosa. Fuera de ella, está soltera, sin prisas, pero clara en lo que busca: un hombre respetuoso, generoso y bromista.

Mónica Spear está de vuelta y por la puerta grande. La actriz zuliana encabeza el elenco de Pasión prohibida, el dramático que Televen estrenó el pasado martes y en el que interpreta a la seductora Bianca Santillana, una protagonista fuera de serie.

Apenas habla transmite calidez, dejando entrever que la internacionalización no la ha cambiado. El divismo no es lo suyo. Y aunque sea estrella de Telemundo o cualquier canal extranjero, para ella sigue siendo una delicia saborear una mandoca con queso en las mañanas, así como un par de arepas de “agüita e’ sapo” por las noches.

Desde Caracas, la miss venezuela 2004 habla con PANORAMA de su reciente personaje. Abre su corazón y comparte el tema de la separación que vivió hace poco más de un año; además, aclara rumores sobre la supuesta protagonización que le ofrece Televen.



— “Pasión prohibida” representa su quinto protagónico. ¿Qué lo hace especial? 
—El hecho de ser un personaje diferente a todo lo que he realizado en mi carrera ya lo hace especial. En esta novela interpreto un rol maravilloso que se pasea por muchas emociones. Bianca es una mujer de muchas caras y muchas facetas.



—Vemos que no es la clásica Cenicienta, así como tampoco lo fue “Micaela” (La mujer perfecta), ni “Flor” (Flor salvaje). ¿Qué está pasando con las historias rosas?
—Las historias rosas funcionan mientras el ser humano se enamore y se desilusione, es decir, siempre (risas). Pero también hay proyectos distintos, con otros enfoques que igualmente le ofrecen al espectador elementos atractivos. Yo estoy feliz haciendo estas producciones que rompen con lo convencional.





—Ya suma dos novelas con Telemundo. ¿Complacida con la internacionalización?

—Sí, por supuesto. Me encanta conocer y que me conozcan, experimentar el trabajo en otros países y relacionarme con otras culturas. Aunque todos somos latinoamericanos, tenemos ritmos distintos y me ha parecido fascinante trabajar en un set donde se reunían actores de distintas naciones.




—¿Cómo es el ritmo de grabación en Estados Unidos?
—Se trabaja bastante, casi que corriendo. La verdad es que allá una telenovela es un gran entrenamiento actoral porque no te dan tiempo de prepararte para tus escenas. Es como hacer papas fritas en McDonald’s, todo es muy rápido, pero a la vez es divino porque vas pasando de emoción a emoción sin darte cuenta. Ahora le tengo mayor respeto a las telenovelas porque sé cómo se hacen y el compromiso que implican.

—¿Imaginó vivir este momento? Compartir con estrellas de todo el continente, ser reconocida por su trabajo...
—Lo soñaba, pero para mí era como inalcanzable. No imaginé que esa muchachita que jugaba con patineta o al “escondite” con los vecinos en la calle, estaría ahí, en esa pantalla que miraba con tanta fascinación. Y bueno, me siento muy bien, feliz de haber tomado la decisión de ser actriz.









—Le tocó interpretar a la hija de Rebeca Jones en esta novela. ¿Con qué tipo de persona se encontró?
—Me encontré con una persona maravillosa, increíble. De hecho, hicimos muy buena amistad, vivíamos en el mismo edificio y nos reuníamos con frecuencia. Trabajar con ella fue una enseñanza para mí. Rebeca es una mujer con mucha presencia y seguridad, no solo cuando está actuando, sino fuera de cámaras. Cuando ella camina todos se paralizan, es su energía. Admiro su profesionalismo y la magia que hace con el guión.
—Ya se ha hecho varios cambios en el cabello por un personaje. ¿Qué más estaría dispuesta a hacer? 
—Cuando hago un personaje me entrego por completo. Me someto a un cambio físico solo si es necesario. Soy súper abierta y me gusta ponerme en los zapatos de las mujeres que interpreto.




—¿Y cuál es su “Pasión prohibida”?

—No tengo. Bueno, en realidad las he tenido, pero he aprendido que lo mejor es tener una pasión libre, en la que puedas estar con esa persona sin ningún tipo de ataduras, ni impedimentos. Gozo más viviendo una relación en la que puedo ser yo.





—Hablando de relaciones, el año pasado se enfrentó a un divorcio. ¿Fue un trauma en su vida?

—No, no. Fue un divorcio realmente espectacular. Mis amigas me preguntan si he sufrido y se asombran porque les digo que no. Lo que pasa es que me casé con una persona muy civilizada y cuando tomamos la decisión de separarnos hablamos de que teníamos una hija en común, que por ese hecho debíamos seguir viéndonos la cara a lo largo de nuestras vidas y lo mejor para la niña era llevárnoslas bien. Yo quiero el bien para él y él para mí. Te aseguro que no hay problemas.

—¿Ahora qué tipo de hombre es el que desea encontrar? 

—Quiero un hombre que me respete, que me deje ser, que compartamos estos sentimientos. Necesito una persona que me aporte cosas positivas, independientemente de que la relación dure toda la vida o no. También es imprescindible el sentido del humor, por eso me encanta un hombre que me haga reír, que sea generoso, que pueda expresar el amor en todas sus dimensiones, a través de las caricias, de lo material, del respeto, por medio de canciones... Pues soy súper romántica y me gusta que me canten, que me soben, que me amen en todas las maneras. Eso es lo que yo quiero vivir, un amor bien bonito.










—Hay quienes aseguran que usted protagonizará la nueva novela que se grabará en Televen. ¿Es cierto? 

—No tengo idea de porqué lo han dicho con tanta insistencia, pero te aseguro que no fuerzo nada. Todo me ha llegado de manera muy natural, lo mejor es lo que pasa y pues, no me cierro a las oportunidades.

—¿Y su contrato con Telemundo?

—Ya terminé mis proyectos con ellos. Ahorita estoy libre de decidir lo que quiera, y eso me encanta. Me han hecho muchas propuestas, pero no quiero tomar una decisión apresurada.

—¿Cuándo vuelve a Maracaibo?

—Estoy por ir. Debo visitar a mi abuela que está allá. Siempre disfruto la calidez del maracucho, se percibe la alegría, la sonrisa, los chistes. A donde llegamos nos ofrecen el café, el ponquesito, el cepilla’o. Cuando voy me hacen el tour por las arepitas con “agua e’ sapo”, por las ventas de pastelitos y mandocas. Toda una aventura.

Fuente: Panorama.com.ve

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ultimos